Las almas son como velas que se encienden las unas a las otras.
Sin parafinas, sin perfumes, solo cera de abeja.
Dicen que las velas de cera de abeja invitan a la buena suerte,
que atraen en dinero, el trabajo y/o el amor. No sabemos si es cierto, pero lo que podemos asegurar es que percibir su dulce aroma incita a la relajación.
Huelen a miel, a flores y su olor nos conecta con la naturaleza, lugar al que pertenecemos. Allí es donde encontramos la tranquilidad que tanto necesitamos.
Son ideales para las personas con asma, alergia y rinitis. Con encender una vela de cera de abeja les costará mucho menos respirar y dormirán mejor.
Los iones negativos que se desprenden durante su combustión limpian la atmosfera de polvo, virus, bacterias y contaminantes. No desprenden humo tóxico.
Colocadas sin encender en las habitaciones infantiles, ayudan a los más pequeños a conciliar el sueño gracias al olor a miel retenido en la cera.
Sin parafinas, sin perfumes, solo cera de abeja.
¡¡Esta Navidad regala luz!!