Slow Bee’s Cosmetic

Estos días convulsos nos tienen a todos preocupados, pero también nos regalan tiempo para pensar. ¡¡Aquí va nuestra pequeña reflexión!!
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¡A ritmo de abeja!

Estos días convulsos nos tienen a todos preocupados, pero también nos regalan tiempo para pensar. ¡¡Aquí va nuestra pequeña reflexión!!

Pensar que un producto es mejor porque lleva muchos componentes es una idea habitual fomentada por la industria cosmética, pero lo que realmente diferencia un producto de cosmética natural de otro no es ni más ni menos que la calidad de la materia prima.

La búsqueda de productores de materias primas de primera calidad es un trabajo difícil, complejo, y que necesita mucha dedicación pero que aporta enorme satisfacción cuando compruebas el resultado final de tu formulación y consigues los objetivos planeados en tu formula.

Entendemos que el mercado ofrece cremas y jabones que llaman poderosamente la atención, con aceites de sitios exóticos y principios activos milagrosos, pero no podemos olvidarnos de lo que tenemos cerca, de lo impresionante de nuestros entornos naturales: el aceite de oliva, la flor del hipérico, el aceite de almendras, de pistacho, espliegos, lavandas, tomillos y un sinfín más al alcance de la mano deseando ofrecerte sus múltiples propiedades.

Sabemos que el sector de la cosmética, ligado al sector de las farmacéuticas, es muy potente y que las pequeñas empresas partimos con grandes desventajas; es la lucha entre David contra Goliat.

Nosotros estamos intentando que esa debilidad se convierta en fortaleza, ofreciendo algo único, cercano, artesano y de producción limitada, creada al ritmo de las abejas, como dice nuestros eslogan SLOW BEE’S COSMETIC.

¡Por ti y por el planeta, consume biodiversidad!

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